El volantín es una práctica de antaño en nuestro país, convirtiéndose incluso en una verdadera tradición, especialmente en las celebraciones de fiestas patrias, justamente en tiempos donde la primavera florece, y el viento muchas veces, acompaña. Sin embargo, cuentan que esta práctica criolla tiene raíces en una tierra muy lejana a la nuestra, a través de un legendario guerrero chino habría comenzado con este ingenioso pasatiempo. Y claro, tendría que pasar mucho tiempo para que llegara a Chile, mismo lugar donde sería bautizado como «volantín»

Se dice que a Chile el volantín habría llegado a mediados del siglo XVIII, en baúles y maletas de viaje de monjes benedictinos, quienes solían competir en sus ratos de ocio, con estos leves armatostes confeccionados con coligue y papel de color. Desde entonces, el volantín se ha convertido en una pasión de niños, niñas, jóvenes y adultos, que han crecido y batallado en épicas batallas por los aires, esperando no ser «cortado» por el oponente de turno.
El volantín no es sólo un pasatiempo o una entretención, también puede ser arte. Esto lo sabe muy bien Osvaldo Salas Torres, un talquino que ha dedicado gran parte de su vida a la creación y confección de volantines. Desde pequeño, Osvaldo tuvo un interés especial por este artefacto aéreo, el cual se convirtió en su actividad favorita y fue perfeccionando su técnica a través de los años, para crearlos él mismo.

Para Osvaldo los volantines han sido algo fundamental en su vida, y nos confiesa que se dedicará a este arte hasta el último vuelo de su vida. Son pocas las cosas que nos permiten conectar con nuestra niñez, nos cuenta Osvaldo. El volantín lo permite, una y otra vez, llamando a la nostalgia por aquellos largos días de entretención y adrenalina, como cuando una multitud de niños y niñas corría tras el volantín derrotado, que lenta y agónicamente comenzaba su descenso hacia la tierra.
Osvaldo, además, es integrante de «Arte volantines», agrupación nacional de artesanos del volantín que rescata la tradición antigua de la confección de estas cometas con la técnica llamada “volantines calados o volantines de fantasía”. Este movimiento artístico tiene varios años de experiencia exponiendo en distintos lugares, donde destaca el hall central del Museo Nacional de Bellas Artes. Junto con ello, Osvaldo apareció en la segunda edición del libro «El volantín chilena: su historia y construcción», donde junto a otros artesanos tiene un espacio para contar su historia y mostrar sus bellos trabajos.

Osvaldo vende sus creaciones a través de sus redes sociales (Facebook: Volantines Osvaldo e Instagram: @volantines_decorativos ) y en su whatsapp: +569 5965 5447