Mercado Central: la historia del elefante blanco talquino

Crónica

En un relato de los acontecimientos y de los hechos que dan vida al edificio del Mercado Central, se puede establecer que éste no es obra de un solo proyecto, sino de un conjunto de ideas y etapas a lo largo del tiempo. Estas concepciones se han imbricado, sobreponiéndose unas en otras conformando el edificio que hoy conocemos, a pesar de su triste deterioro y demora en su reconstrucción. Las etapas de este lugar se podrían considerar en tres: Plaza de Abastos, Feria Municipal y Mercado Central, tres períodos con su expresión formal, propia y que, de alguna manera, traducen el estilo de la existencia de generaciones de ciudadanos talquinos y talquinas a partir del año 1835 hasta nuestros días.

Vista aérea Mercado Central, 2021. Rodrigo Tapia Hernández

Plaza de Abastos (1835 – 1874)

El primer esbozo del Mercado propiamente tal fue una plaza de abastos, el cual estaba constituido por algunos locales ocasionales sin constituir un todo, el cual estaba ubicado en el lugar que ocupa actualmente la Plaza Cienfuegos de Talca. Entre 1835 y 1840, el por entonces Intendente Miguel Concha, ordenó la adquisición del solar comprendido entre las calles 1 Norte, 1 Sur, 4 y 5 Oriente (por entonces calles Molina, Comercio o Gamero, El Carmen y San Luis), para emplazar la construcción de la Plaza de Abastos. El terreno escogido fue parte de la periferia de la ciudad, explicando con ello que se mantuviese eriazo un cierto tiempo. Después del sismo de 1835, el que afectó severamente a Talca, se levantó el primer edificio abarcando toda la manzana, en base a una construcción corrida alrededor de un patio interior. Tres grandes portones ubicados en el centro de las fachadas Sur, poniente y oriente, permitían su acceso al interior, destinándose este último para el tránsito de carretas, carretones y animales con carga. La fachada norte era continua y sin entrada por el centro. El edificio, con un estilo posiblemente de raíz hispana, contaba con espaciosos corredores en el interior y exteriores sólo en el costado norte y la mitad del oriente. Estos últimos tenían techumbre de zinc y los interiores norte y poniente, pavimento de asfalto. En el exterior había 69 locales ocupados por arrendatarios de baratillos para la venta de artículos de bajo precio (tipo bazar) y menestras con guisados de carne, legumbre seca y hortalizas varias.

Mercado Central y Vega Municipal (1929 – 1986)

Dos fenómenos naturales tienen activa participación en la imagen arquitectónica del edificio del Mercado Central: los sismos de 1928 y 1939. Es probable que el inmueble inaugurado en 1890 haya sufrido fuertes transformaciones después del terremoto del 28; pero éstos sólo van a ser percibidas a través de la información extraída de las obras ejecutadas a partir de 1939. Entre junio de 1939 y fines de 1940, se realiza la reconstrucción del edificio y de la parte norte denominada Vega Municipal.

De los tres períodos históricos del Mercado Central señalados precedentemente, el de mejor factura arquitectónica es el segundo, entre 1886 y 1928. En éste, el edificio de ladrillo a la vista y arcos de medio punto, alcanza la plenitud funcional en términos relativos y el manejo de su repertorio ornamental es de gran sobriedad. Pero, retroceder a ese período las iniciativas de restauración, significa iniciar el proceso de su construcción partiendo de un solar eriazo nuevamente. En consecuencia, parece conveniente centrarse en el último período (1929 – 1986), de manera de establecer un escenario factible dentro del cual se fundamenten las acciones de restauración. En el lenguaje arquitectónico del Mercado Central se recogen y superponen las influencias de tres estilos diferentes: Neoclásico, Arte Industrial y Art Noveau, todos correspondientes al período de la Ilustración durante fines del siglo XVIII XIX y comienzos del siglo XX.

Desde 1950 el Mercado comenzó a sufrir una serie de alteraciones determinadas por las intervenciones y cambios particulares de cada locatario, impidiendo una unidad estilística interna. En la década de 1980 se demolió la fachada de la Calle 1 Norte para construir una Plaza de Estacionamientos.

Fotografías del interior del Mercado de Talca, año 1953. Antonio Quintana Contreras

El Monumento histórico

El 28 de mayo de 1998, el Mercado Central de Talca era declarado Monumento Histórico, hecho que fue celebrado por la ciudad de Talca, según se dictase en el Decreto DE Nº620D de 1998. Esto fue posible, gracias a la gestión de su propios trabajadores y una valiente y organizada acción de parte del sindicato de locatarios, que lograron la declaración y despejar los dudas sobre el mantenimiento en pie del histórico edificio y sus lugares de trabajo, que en algunos casos corresponde a una tradición familiar de cuatro y hasta cinco generaciones El decreto fue firmado por los ministros de ese año Jaime Pérez de Arce Subsecretario de Educación y José Pablo Arellano Marín Ministro de Educación.

Lamentablemente, dos años después, en octubre del año 2000, el Edificio sufre un gran incendio que dañó en gran medida su galpón central. Tras el incendio, la Municipalidad de Talca se hace cargo de la rehabilitación del inmueble, reinaugurándolo en 2002. No era el primer incendio al Mercado, ni sería el último: el 22 de septiembre de 1910 el fuego arrasó con más de 50 locales al interior, y el año 2014, un nuevo incendio (en el pequeño espacio en que seguía el Mercado) redujo todo a cenizas, al parecer, por acción de terceros.

Información sobre incendio en el Mercado Central de Talca, año 1910.
Incendio en el Mercado Central de Talca, año 2000. Héctor Labarca R.

Tras el terremoto de 2010, el Mercado vuelve a sufrir importantes daños estructurales que obligan a la Dirección de Arquitectura del MOP a desarrollar un programa de restauración con la intención de devolver el edificio a sus locatarios. Pero luego del incendio del 2014, aún no se inician trabajos de restauración. Al menos, comenzó la construcción del Mercado Provisorio en el terreno del antiguo Gimnasio Municipal de Talca, lugar que albergará a los locatarios y locatarias cuando comience la tan anhelada reconstrucción.

A pesar de una historia marcada por distintas tragedias, el Mercado Central de Talca constituye un hito urbano en la ciudad y posee innumerables características tanto arquitectónicas como simbólicas que le permitieron obtener la condición de Monumento Histórico, pero que el paso de los años y su deterioro, también le ha permitido obtener la condición de elefante blanco, en pleno centro de la ciudad.

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